La Cuenca del Pacífico constituye un nuevo centro de poder
económico mundial y es la región más vasta del mundo. Constituida
por 47 países y regiones, en ella habita más de la mitad de
la población mundial; su comercio exterior representa 48% del
internacional; su ingreso per cápita fluctúa entre 500 y 23 000
dólares anuales; posee un porcentaje muy importante de las reservas
mundiales comprobadas de petróleo, y más de 90% de la
población de los países de mayor desarrollo de la zona son alfabetizados.
En la Cuenca del Pacífico están los llamados "cuatro tigres de Oriente": Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwan;
un grupo de países de alto ingreso, como Australia, Canadá,
Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda; países latinoamericanos
como México, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y los centroamericanos;
un grupo de pequeñas naciones insulares, y los
países de industrialización reciente del Sudeste Asiático: Brunei,
Indonesia, Filipinas, Malasia y Tailandia. Estos últimos se agrupan
en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN,
por sus siglas en inglés), organización de carácter político que
opera de modo semejante a la OEA. Sus miembros también negocian
el establecimiento de un Acuerdo de Libre Comercio cuya
formación (en caso de aprobarse) llevaría varios años. De acuerdo
con sus datos económicos más recientes, estos cinco países tienden
a desempeñar el papel que en los años setenta y ochenta tuvieron
los cuatro tigres.
Hay muchas formas de definir la región del Pacífico y de conceptualizar su estructura. En ella se ubican países desarrollados y
subdesarrollados, grandes y pequeños, autoritarios y democráticos, pero lo que origina el concepto de "Cuenca del Pacífico"
y su uso es, sobre todo, el dinamismo económico de la región.
Por ello la definición debe referirse al comercio, la inversión y
otras formas de interacción económica entre países y regiones
que cooperan entre sí de manera cercana. Para ellos el propósito
del comercio internacional es promover la prosperidad de sus
pueblos.
Los países y regiones de la Cuenca no caminan hacia la formación
de una comunidad multinacional debido a su gran heterogeneidad
política, económica y cultural. Por el contrario, al tiempo
que se fortalecen las grandes economías, subsisten las profundas
diferencias históricas entre las regiones que bordean al
Pacífico. Sin embargo, el desarrollo económico que se está generando
ofrece amplias perspectivas de cooperación e intercambio
internacional, que auguran un futuro prometedor para
todas las naciones y regiones que la conforman.
La Cuenca del Pacífico no es propiamente un bloque económico,
pues no existen acuerdos o tratados que obliguen a constituir
una zona de libre comercio o un mercado común, salvo en el caso
de Australia y Nueva Zelanda que firmaron un Acuerdo de Acercamiento
Económico. Lo que la caracteriza es un principio de
cooperación económica iniciado prácticamente desde el fin de
la segunda guerra mundial a instancias de Japón, Australia y
Nueva Zelanda, que invitaron a Canadá y Estados Unidos a
participar.
Los procesos de cooperación en el área cristalizaron hasta 1967,
al formarse el Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico
(CECP) y la ASEAN.
En la actualidad la Cuenca es una entidad económica regional en formación, con importantes corrientes comerciales y de inversiones.
Dentro de la concentración comercial hay diferencias
importantes en el cambio intrarregional. Las relaciones comerciales
y financieras se realizan básicamente con Estados Unidos
y Japón como centros hegemónicos y en tomo de ellos giran tanto
la diversificación como el intercambio regional.
El peso acumulativo y la creciente importancia de la Cuenca del
Pacífico en la economía mundial es clara. Su complementariedad
interna le ha permitido diversificar sus relaciones mundiales
más allá de los vínculos coloniales.
En este sentido, ha ocurrido una reorganización comercial, pues
los consumidores de la zona satisfacen su demanda creciente de
productos de alta tecnología y gran calidad mediante un proceso
de importación-exportación entre países y regiones de la misma
área.
Las economías asiáticas han evolucionado gracias a su desarrollo
comercial, pues es indiscutible que sus procesos de industrialización
y El peso acumulativo y la creciente importancia de la Cuenca del
Pacífico en la economía mundial es clara. Su complementariedad
interna le ha permitido diversificar sus relaciones mundiales
más allá de los vínculos coloniales.
En este sentido, ha ocurrido una reorganización comercial, pues
los consumidores de la zona satisfacen su demanda creciente de
productos de alta tecnología y gran calidad mediante un proceso
de importación-exportación entre países y regiones de la misma
área.
Las economías asiáticas han evolucionado gracias a su desarrollo
comercial, pues es indiscutible que sus procesos de industrialización
y reindustrialización están guiados por el mercado mundial.
En sólo 20 años esos países han tenido que desarrollar y
luego descartar una etapa industrial tras otra; en todas ellas los mercados
de exportación, más que la demanda interna, han detenninado
el siguiente paso. Así, el impulso al comercio exterior constituye
la característica permanente de su política económica.
En Japón, en los cuatro tigres y, recientemente, en los países de
la ASEAN, los sectores conductores de la industrialización y los
servicios especializados se modifican a partir de la demanda de
los mercados internacionales. Japón cambió de la industria ligera,
tradicionalmente in ten si va en mano de obra no calificada,
a la pesada, para alentar después la del "conocimiento", que incluye
computadoras, telecomunicaciones, robótica, biología
molecular y diversas manufacturas de alta tecnología.
Esto ha conducido a la especialización productiva y a la considerable
competencia entre los productores para inducir una demanda
que fortalezca a los más pequeños. Los frutos de esta
política se observan claramente en los cuatro tigres asiáticos: su
· desarrollo se apoyó en la demanda interna de Japón y en la fuerza
del yen, lo que se reflejó en su propia demanda interna y en el
valor de sus monedas. Cuando estos países alcanzaron un crecimiento
considerable, sus importaciones constituyeron un soporte
para el desarrollo de las economías menos favorecidas, que les
permitió reajustar su organización productiva para entrar a una
competencia más justa y satisfacer las demandas de un entorno
cada vez más diversificado y complejo. están guiados por el mercado mundial.
En sólo 20 años esos países han tenido que desarrollar y
luego descartar una etapa industrial tras otra; en todas ellas los mercados
de exportación, más que la demanda interna, han detenninado
el siguiente paso. Así, el impulso al comercio exterior constituye
la característica permanente de su política económica.
En Japón, en los cuatro tigres y, recientemente, en los países de
la ASEAN, los sectores conductores de la industrialización y los
servicios especializados se modifican a partir de la demanda de
los mercados internacionales. Japón cambió de la industria ligera,
tradicionalmente in ten si va en mano de obra no calificada,
a la pesada, para alentar después la del "conocimiento", que incluye
computadoras, telecomunicaciones, robótica, biología
molecular y diversas manufacturas de alta tecnología.
Esto ha conducido a la especialización productiva y a la considerable
competencia entre los productores para inducir una demanda
que fortalezca a los más pequeños. Los frutos de esta
política se observan claramente en los cuatro tigres asiáticos: su
· desarrollo se apoyó en la demanda interna de Japón y en la fuerza
del yen, lo que se reflejó en su propia demanda interna y en el
valor de sus monedas. Cuando estos países alcanzaron un crecimiento
considerable, sus importaciones constituyeron un soporte
para el desarrollo de las economías menos favorecidas, que les
permitió reajustar su organización productiva para entrar a una
competencia más justa y satisfacer las demandas de un entorno
cada vez más diversificado y complejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario